Melifaih, Amazona del Vampiro

Melifaith es la actual amazona de la armadura del vampiro. Sin dudarlo un momento se enfrenta a cualquiera que se atreva a enfrentarse a ella y poner en peligro el nombre de Hades, pero….no siempre fue así.

Todo empezó una noche. Melifaith estaba con sus padres y sus hermanas. Jugaba con ellas mientras su madre preparaba la cena y su padre herraba los caballos para guardarlos. La campana sonó indicando que la cena estaba lista y toda la familia se reunió para cenar como cada día.
Terminaron de cenar y, mientras ayudaba a su madre a recoger los cacharros de la mesa,  su padre veía con sus hermanas pequeñas la televisión.
Cuando acabó de recoger todo, Melifaith subió a su cuarto y dio de cenar a su mascota, un pequeño vampiro que se había encontrado en su ventana una noche de tormenta y al que había decidido acoger y cuidar. Al principio pensó soltarlo en cuanto estuviera bien, pero con el tiempo había acabado cogiéndole cariño y quedándoselo.
Después de darle de comer, le sacó y estuvo jugueteando con el un buen rato. Era increíble ver como se compenetraban teniendo en cuenta la raza del animal.
Cuando se dio cuenta, ya eran más de las 2 de la mañana. Metió al vampiro en la jaulilla y se acostó.
Esa noche le costó mucho dormirse, pero le habría gustado no hacerlo. Pesadillas horribles sobre la muerte de su familia la hicieron dar vueltas sin parar en la cama. Al despertar comprobó que estaba empapada de sudor, con el corazón a mil por hora y una sensación extraña invadiéndola. Comprendió que sólo se trataba de una pesadilla y volvió a dormirse.
A la mañana siguiente, despertó y todo parecía normal. Bajó corriendo gritando buenos días, pero nadie le respondió. Se quedó parada en las escaleras durante unos segundos pensando que no podía ser verdad y esperando una respuesta. Al no escuchar nada, bajó corriendo los escalones de dos en dos o de tres en tres según le venía. Entró corriendo en la cocina y, de repente, todo cambió y desapareció a su alrededor. Era como si estuviera en la nada. Delante de ella apareció una figura. Parecía un hombre, peor no tenía rostro. De repente le habló diciéndola que aquel no era su sitio, que debía acompañarle. Cerró los ojos y todo volvió a la normalidad. En la nevera había una nota de sus padres, ese fin de semana se quedaba sola en casa. Al recordarlo se tranquilizó y se preparó el desayuno.
Mientras desayunaba oyó un ruido en su habitación y, sin saber cómo, pudo oír lo que estaba pasando. Su vampiro estaba como loco, podía oírle revolotear nervioso. Subió corriendo a la habitación y vio algo en mitad de ella. Parecía una figura, como una estatuilla o algo así de metal con forma de vampiro. Melifaith se quedó maravillada, era tan bonita y a la vez tan siniestra…un resplandor rojo como la sangre emanaba de la figura envolviéndola. Tras ella oyó una voz, una voz grave y poderosa que se dirigió a ella diciéndola: “Debes venir conmigo y servir a nuestro señor Hades portando esta armadura. Recibirás el entrenamiento adecuado y estarás a las órdenes de Aiacos de la Garuda uno de los tres Kyotos del Inframundo…”
La chica estaba confusa…¿¿¡¡Hades, Garuda, Kyoto, Inframundo…!!?? ¿Que demonios estaba pasando allí? El hombre misterioso sin rostro, la cogió del brazo y la  llevó ante él. Le dijo que debía ir con él, mientras se transportaban como a otro plano, otro mundo.
Melifaith cerró los ojos de miedo y al abrirlos vio que estaba arrodillada ante una especie de altar y pudo oír al que le había llevado hasta allí decir que ella era la indicada para protegerle, pero…¿¿ A QUIÉN??
De repente sintió que perdía algo como su alma. Al notarlo, se arrodilló ante Hades y le dijo: “Mi Señor Hades, la armadura del Vampiro me ha elegido para ser su portadora y poder protegeros así. Juro ser digna de vuestro ejército y emplearme a fondo para demostraros que os serviré hasta la muerte.”
Aiacos entró en la sala y empezó a entrenar a la amazona.
Hoy día, Melifaith protege su territorio de los intrusos que osen adentrarse en el territorio de su dios…